Más allá del escenario: la Historia de Tap Jazz Center y su viaje de creatividad en cada espectáculo”

1. ¿Cómo ha impactado la diversidad temática en las funciones del Tap Jazz Center, como “Freddy Mercury Still Alive” y “Tormenta de Estrellas”, en la atracción de públicos variados y el enriquecimiento cultural de la comunidad?

Las funciones Tap Jazz son espectáculos que preparamos todos los años, siempre con una temática distinta, y donde participan todos los cursos del programa regular, desde los más pequeños hasta los adultos. Siempre se realizan en un teatro, en una sola presentación y convocan más de 50 personas sobre escena. La diversidad temática responde a varios factores: a las personas que tengamos disponibles ese año, al espacio que nos hayamos conseguido para la realización de la función, a nuestra propia afinidad con el tema y por supuesto a como nos vamos sintiendo. Cada idea surgió de un contexto, de un estado particular de la organización y de nuestras mismas vivencias. Por ejemplo, la obra del 2016, Autocine, se nos ocurrió en un viaje a Londres luego de ver el musical de Billy Elliot, o la función del 2017, Rockola Americana, surgió a partir de un montaje que preparamos para un evento conmemorativo de los 50 años del natalicio de Violeta Parra, o la función del 2022, el que la sigue la consigue, surgió cuando nos encontrábamos realizando el programa Expansión Danza en conjunto con SLEP GM y de un taller de improvisación teatral nació la idea de Rugerio Spinacci.

El público de las funciones está compuesto principalmente por las(os) familiares y amigas(os) de las personas que bailan. Adicionalmente, hay personas que nos siguen a todas partes y gustan de nuestro trabajo. Hay personas que alguna vez fueron parte de la organización, pero ya no participan de los cursos regulares por distintas razones (tiempo, otros intereses, distancia, etc.) y muchas de ellas mantienen su conexión con Tap Jazz Center vía participación como público en las funciones. Para muchas personas, las funciones Tap Jazz son eventos esperados, disfrutan de la producción, calidad y energía de los espectáculos, sin la necesidad que estos sean de corte profesional o se preparen para ocupar temporadas en teatro.

Por otra parte, a lo largo de nuestra también hemos desarrollado algunos espectáculos de corte más profesional, como la adaptación del espectáculo de Freddie Mercury que hicimos con la compañía a principios de 2019, con la cual hicimos una tremenda gira de tres meses por los teatros municipales de la región metropolitana y terminamos presentándonos en el gimnasio municipal de Cherquenco, y Tormenta de Estrellas, cuya idea original se presentó en la función 2022, y que luego gracias a la pluma de Christian Zúñiga, coreografía de María José y a un elenco excelente se transformó en el espectáculo que estuvo en el teatro Bellavista a principios de 2024.

2. Las luces, vestuarios, maquillaje y la full producción TJC es un sello en cada espectáculo pero a tu juicio, qué producción tuvo un despliegue mayor en este aspecto.

Bueno cada función es un proyecto en sí mismo, y todas han ofrecido distintos desafíos. Algunas por la cantidad de gente, otras por las condiciones del espacio, otras por el nivel de producción, otras por la indumentaria que decidimos utilizar en escena, etc. Sin duda la producción más grande de vestuario (y por ende la más costosa en $$) se realizó en Freddie Mercury Still Alive el 2018 y la función más multitudinaria que tuvimos fue el Gran Vodevil del 2019 con casi 90 personas sobre el escenario, donde además fue la primera vez que introdujimos elementos actorales y logramos una obra continua con historia. También el 2023 con 10 años… 10 hits tuvimos harto despliegue audiovisual mezclado con las coreografías, y además hubo espectáculos en tela y dos números con la participación de cantantes en vivo. Tenemos harta experiencia haciendo estos eventos, María José tiene una capacidad especial para la dirección y siempre trabajamos con gente súper profesional que resuelve y que está a la altura de la situación.

Por otra parte, estas son producciones multitudinarias, donde participa mucha gente de distintas edades y con distinta experiencia escénica. Hay muchas anécdotas de genialidades “fuera de libreto” de las mismas personas que participan y otras relacionadas también con problemas de último momento que se debieron resolver sobre la máquina. Cómo olvidar el concurso de padres que se hizo a modo de intermedio en la función del 2015 donde contamos con la genial animación de César Muñoz, o aquella vez que le hicimos un mohicano con laca a una alumna y después no se podía sacar el vestuario, o el 2023 cuando la profe se cayó mientras daba su discurso final y gran parte de las(os) alumnas(os) respondieron tirándose al piso también, y todas las miles de veces que María José ingresa al escenario sin que nadie lo note a recoger pinches o piezas de vestuario que se caen. Me acuerdo el 2015 en la función de Michael Jackson, donde una pajarita olvidó el pantalón de su vestuario en la casa y a 30 minutos de abrir las puertas la profe me mandó al Tap Jazz a buscar un pantalón de repuesto. En otra ocasión, el 2016 para la función Autocine… una tarde de película, se sumó que el piso estaba extremadamente resbaloso y que la señora que estaba a cargo de la confección de los vestuarios simplemente no llegó con los trajes para el número del tap I. Esa vez corrimos de lado a lado, entre ponerle coca-cola al piso (que al final se pasó para el otro lado y quedó ultra pegajoso), improvisar los vestuarios que faltaban y manejar la situación general. Una situación similar nos pasó el año pasado en 10 años… 10 hits donde el piso estaba súper resbaloso, y cada vez que el iluminador tiraba humo se ponía aún más resbaloso y se cayó harta gente. Me acuerdo también el 2018, que María José tuvo una serie de accidentes en días previos a la función, y terminó bailando con un esguince en una mano y con heridas en las piernas.

En fin, todo esto es parte también de estas experiencias. Es lindo que no tengan que ser perfectas. Siempre hay que tener la capacidad de adaptar coreografías a último minuto, improvisar un vestuario y resolver.

3. ¿De qué manera las funciones y espectáculos han servido como formas de escape durante tiempos difíciles? ¿Alguna experiencia para compartir?

Sin duda la experiencia para compartir en este caso fue la del 2019 en la obra El Gran Vodevil. Cuando pasó la revuelta social del 18 de octubre, nosotros nos encontrábamos preparando la función (que tenía fecha de realización el 26 de noviembre) y Tap Jazz estaba ubicado en Arzobispo Larraín Gandarillas, como a cinco cuadras de la Plaza de la Dignidad. Para cualquiera que vio el estallido social solo por la tele, la respuesta habría sido cerrar todo, bajar la función y quejarse de los delincuentes que queman Chile. Sin embargo, nosotros hicimos todo lo contrario. No solo Tap Jazz siguió abierto, sino que nos unimos rápidamente a la causa, al mismo tiempo que seguimos los ensayos.

En el período 18 de octubre – 26 de noviembre, salvo la primera semana del conflicto que estuvimos cerrados viendo cómo proceder, Tap Jazz abría en las mañanas de lunes a viernes como guardería para nuestro público infantil que tenía detenidas las clases en el colegio (y así permitir que las(os) apoderadas(os) siguieran yendo a trabajar, además de ofrecer contención emocional a las(os) niñas(os)). Durante las tardes, Tap Jazz servía como estación de abastecimiento para las personas que iban a protestar, ofreciendo limones y bicarbonato para lidiar con el humo de la lacrimógena, y en el horario de 18 a 20 hrs (había toque de queda) y los días sábados (que todo volvía a la calma) ensayábamos la función. Como estaba todo el transporte fuera de servicio y las estaciones de metro cerradas, lo que hicimos para ensayar fue que hacíamos pasadas completas del show, con las personas que lograran llegar, dejando libres los espacios de quienes no estaban. La misma gente se comenzó a coordinar para el transporte, se venían juntos en el auto de quien ofreciera su vehículo, nosotros mismos pasábamos a buscar y dejar gente para que pudiera ensayar. Hicimos hasta pijamadas en el Tap Jazz. Algunas personas pasaban en la tarde, se abastecían, iban a protestar y de ahí regresaban al ensayo. Tuvimos dos personas que fueron parte de la primera línea en la función. Y de las cerca de 90 personas que participaban en la función, entre niñas(os), jóvenes y adultos, solo una persona se bajó, que era un estudiante de origen brasileño que se regresó a su país.

Hicimos la función. El día 26 de noviembre, en el Espacio Matta, con toque de queda, con el metro Santa Rosa quemado, y bajo fuerte control policial en las calles, la hicimos igual. Adelantamos la hora a las 13 hrs para que la gente regresara temprano a casa. Teatro lleno. Función redonda.

4. El TAP es un lenguaje especial para la música y eso se ve reflejado en que hay muchos espectáculos que tienen de protagonista a artistas como Michael Jackson o Freddy Mercury. ¿Qué desafíos y oportunidades se observan en la recreación de las performances de este tipo de artistas?

El principal desafío para hacer un tributo a un artista específico siempre es generar una representación fiel que cautive al público. Al ser artistas conocidos e importantes, el público (y especialmente los fans) generalmente va con expectativas bien claras de lo que quiere ver y generalmente son más críticos a la salida del espectáculo. Que les faltó un tema que no fue considerado en la obra, etc. Para la función de Michael Jackson había mucha expectativa para ver qué íbamos a hacer con Thriller o con Billy Jean (tema que no incluidos en la obra). Afortunadamente a la gente le gustó harto y creo que recogimos bien la esencia del artista.

Otro aspecto súper importante (y esto es para todo espectáculo que hacemos) es que siempre debemos generar quiebres y trabajar bien la emocionalidad del público. Las funciones buenas son aquellas donde el público siente harto, donde hay una buena combinación de números prendidos, de cosas adorables y de movimientos que emocionen. Ojalá el público ría, llore, se enternezca y se enrabie en el transcurso de las dos horas de espectáculo. En ese contexto, hay muchos artistas muy buenos, pero no a todos les podríamos hacer un tributo porque su estilo de música es uno solo y no nos dan el juego emocional que buscamos. Por eso nos atrevimos a realizar un tributo a Freddie Mercury y a Queen, porque a lo largo de su carrera visitaron muchos estilos y muchas propuestas artísticas, que nos dieron bastante libertad al momento de crear coreografía. Para ese espectáculo incluso recurrimos a varios covers de canciones de Freddie y de Queen para lograr esa emocionalidad que menciono. Con todo eso logramos el espectáculo que terminamos haciendo.

5. 10 años, 10 hits: marca un hito. Cómo definirías el proceso hasta hoy.

Sí, efectivamente 10 años… 10 hits marcó un hito para nosotros. Fue una función recopilatoria de la trayectoria alcanzada en los primeros 10 años de la organización. A mi juicio, podría entenderse como el fin de una era. Todo lo que fuimos, todo lo que hicimos y las personas que estuvieron con nosotros en nuestros primeros 10 años. La preparación de este espectáculo justo calzó con el primer año en que el PAOCC se centró en la continuidad de las organizaciones en lugar de solo promover proyectos, y eso es importante porque justo desde el Ministerio nos pidieron generar el plan de gestión de la organización. Ese proceso nos invitó a analizar en profundidad nuestra organización, a desnudar lo que somos y por qué lo hacemos. Cuadró perfecto con la preparación de la obra, donde pudimos volcar esas definiciones de papel y preparar material audiovisual que se presentó en esa función. Fue un espectáculo super introspectivo, super íntimo.

Y bueno, lo que saco en limpio, es que en los primeros 10 años, nosotros luchamos (y nos las rebuscamos) para levantar la organización, y darle estabilidad económica en forma netamente privada. Las funciones fueron parte de ese proceso de crecimiento, fueron marcas temporales del estado de Tap Jazz de ese momento. Al principio, en Retroclásicos (2013) y en Michael Jackson (2015) hicimos lo que nos tincaba, éramos una simple Academia. Con el tiempo, la organización se fue profesionalizando, se fueron adoptando nuevos y mejores desafíos, las(os) alumnas(os) fueron creciendo con nosotros y eso se fue reflejando en las funciones. Y por supuesto, nos pasó la pandemia, que no solo nos mantuvo fuera de los escenarios por 2 años (por eso no hay funciones en 2020 y 2021), si no que también significó el recambio de muchas personas y marcó el fin de aquella compañía maravillosa que hizo la gira de Freddie Mercury y que llevó a las nubes el Gran Vodevil. Ojo que con la pandemia vino también la reflexión, el replanteamiento de nuestro quehacer, la consolidación de nuestra metodología basada en el cariño, el renacer de una nueva compañía y el nacimiento de nuestra incursión en educación artística en forma sistemática.

Todas esas cosas se mezclaron en la juguera para 10 años… 10 hits. Por eso digo que es un cierre de ciclo. Para la siguiente década, si bien nos propusimos con María José seguir haciendo funciones, creemos que ahora tenemos un rol que debe ser aún más cercano a nuestra sociedad. Tras todos los procesos reflexivos del año pasado, llegamos a la conclusión que nuestro rol en la sociedad es promover que la gente vuelva a sentir, ayudar a que la gente se desindividualice y a poner color en el panorama gris que se avecina. Eso se va a ver reflejado en las temáticas de las funciones, donde queremos abordar sentimientos, esperanzas, emergencia climática, y otras materias que nos afectan.

6. ¿Qué nos puedes adelantar de la Gala que TJC tendrá a fin de año?

El espectáculo de este año se titula “Sueños en Movimiento”, y parte de la premisa de que en nuestra sociedad actual abúlica, consumista y llena de desesperanza, la gente se ha olvidado de buscar la felicidad. Mucha gente navega a la deriva, sin razones reales para vivir, solo sobreviviendo el día a día y solo aspirando a la plata, a las cosas. Sueños en Movimiento es un espectáculo de Tap Jazz Center centrado en los sueños, tanto a nivel de representación onírica, como a nivel de elemento de lucha, que busca volver a sembrar la semilla de los sueños en las personas. Nuestro movimiento, nuestro canto, nuestra interpretación busca cautivar, busca tocar esa fibra sensible en el público e insertar un deseo de volver a soñar. Buscamos generar un espectáculo emocionante, que las personas sientan mucho durante el show y que se vayan con algún nudito en el corazón.

    La obra ya está en preparación, María José y el equipo de profes están a toda marcha preparando las coreografías y las sorpresas que vamos a mostrar ese día. No se lo pierdan, será el día 07 de diciembre 2024 en el Espacio Matta.